Benedicto XVI ya había
señalado tiempo atrás que notaba que sus fuerzas iban en disminución. Una
situación que se ha agravado hasta tal punto que se ha visto obligado a
anunciar su retirada el 28 de febrero. No puede decirse de él que haya sido un Papa popular. Su dudoso pasado en las filas de las juventudes hitlerianas, su impavidez ante notorios casos de pedofilia cometidos por obispos y sacerdotes, su acercamiento a sectores más reaccionarios como los "Lefebristas" lo han convertido en un Papa que nunca alcanzó la popularidad de la que había gozado su antecesor, el también conservador Juan Pablo II.
Pero no se trata del único Pontífice que
ha tomado esta decisión a lo largo de la historia.
El primer Papa que se
tiene registro de un retiro es el Papa Clemente I, conocido también como San Clemente, que ejerció el papado del 88
al 97, quien resignó el papado a favor de Evaristo, al ser obligado a marchar
al exilio.
El Papa Ponciano, o San Ponciano, quien
ocupó el trono de Pedro entre 230 y 235 dejó su cargo a favor del Papa Antero tras
haber sido obligado al exilio.
El siguiente en dejar el papado en vida fue Silverio quien estuvo al frente de la iglesia entre el 536 y el 537, y fue obligado
a renunciar a favor del Papa Vigilio.
Más complicada fue la
historia de Benedicto IX, elegido en 1032, quien en un principio renunció a
favor de Silvestre III y luego de arrepentirse, volvió a asumir el cargo para
pasarlo a Gregorio VI, quien fue acusado de haberlo “comprado” y decidió
también renunciar.
La renuncia más conocida
fue el del papa Celestino V, un anciano de 80 años que vivía dedicado a la
oración y a la penitencia. Fue elegido Papa el 5 de julio de 1294 y renunció el
13 de diciembre del mismo año al anunciar su incapacidad en el manejo de los
asuntos de la Iglesia, regresando a una vida de oración y sacrificio. Tras su
renuncia fue elegido Bonifacio VIII.
El último papa que
renunció fue Gregorio XII quien fue Papa entre 1406 y 1415, el tercer Pontífice
del periodo dominado por el Cisma de Occidente junto con Benedicto XIII, el
papa de Avignon, y el llamado "antipapa" Juan XXIII. Con el concilio
de Constanza, el emperador Segismundo obligó a dimitir a los tres Pontífices,
pero sólo Gregorio XII obedeció, en julio de 1415, dos años antes de morir, y
después de él fue elegido Martín V.
No hay comentarios:
Publicar un comentario