El 3 de febrero de 2011 murió Alejandro Mayol, sacerdote, poeta y músico. Tenía 78 años.
Siendo cura de San Telmo,
conoció a Beatriz Braga, que comulgaba diariamente, y como, él también tocaba
la guitarra. Por aquellos años Mayol era muy conocido por sus canciones
infantiles y sus apariciones en un programa de televisión.
"La Creación", "Hay fiesta en la casa del
padre", "La milonga de David y Goliat", "Zaqueo",
"La Caravana", "O Trompeteiro", "La Creación",
"La zamba del grano de trigo". "No hay mayor amor",
"Pajarito de rastrojo", "Llaga", "Tú", "El
trencito del oeste", “Los indios pirulines” y "La resurrección",
fueron algunos de los temas que brotaron de su fértil creatividad.
Mayol estuvo muy ligado al
padre Carlos Mugica, con quien habían compartido un viaje a Roma en barco en
1950. A ambos los unía su inquietud por conocer las enseñanzas de Theilard de
Chardin y su actitud de servicio hacia los pobres.
Por aquellos años fue
convocado por el sacerdote Osvaldo Catena, a quien Ariel Ramirez –ambos
santafesinos y músicos- le había sugerido la posibilidad de crear una Misa
Criolla. Años antes, la Misa Luba nacida en el Congo, asombró al mundo de la
música. Junto con otro sacerdote y músico, Jesús Gabriel Segade, que tuvo a su
cargo los coros, armaron el esquema religioso para darle sustento a la música
que luego compuso Ramirez, expresada a través de ritmos populares como baguala,
vidalita, etc.
Mayol y Beatriz se
enamoraron y se casaron en 1969. Tuvieron cuatro hijos: Ramiro, María, Emanuel
y Lorena. Como padre de familia debió afrontar su sostén y eligió entonces el
ámbito artístico.
Fue la época en que se vinculó con otros músicos de la talla de Lito Vitale, Pablo Sbaraglia y Fernando Lupano. También con José Luis Castiñeira de Dios y Piero; con este último grabó "Sinfonía inconclusa en la mar" y “La creación”.
Se desempeñó asimismo como
secretario de Cultura en la Municipalidad de Florencio Varela y por esos años
escribió la obra teatral “La patriada”, en donde hizo una reseña histórica del
país que fue elogiada por Alberto Ure. Luego incursionó en el cine para
realizar la producción de “Las aventuras de Cepillo”.
Mayol fue siempre un tipo
alegre, divertido, empeñoso y positivo. Amigo de muchos y dispuesto siempre a
iniciar un nuevos proyecto. Sus legados más importantes han sido La creación
–Dios hizo la vaca que nos da la leche..-, donde hace una catequesis sobre las
bondades de Dios, que quedan imborrables en la mente de los niños. Y su Zamba
del grano de trigo que se sigue cantando en los templos, sin conocerse a su
autor.
Entre los avisos fúnebres
publicados en la prensa, algunos lamentaban y se sentían dolidos por su
partida, mientras que uno prefirió escribir: “Por eso hay que cantar aleluya”.
Nos
dejó por un tiempo
Cristiano comprometido con el mundo de los pobres hasta la médula, lo vivió y experimentó en “cuerpo y alma” desde diversos lugares. Fue sacerdote, esposo, padre, militante partidario de causas populares y un sensible y profundo artista que pudo combinar todas esas fidelidades. Decía hace un tiempo en una entrevista: “Decidí dejar el sacerdocio. Yo en ese momento dije: quiero al sacerdocio y la quiero a Beatriz. No optaba, es lo que sentía, no me hubiera ido si no me obligaban a optar”.
Sociólogo,
militante cristiano
laicosconvocados.blogspot.com.ar
página12.com
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