Fue autoproclamado rey de la Araucanía y la Patagonia. Según la
interpretación del biógrafo más importante de Tounnens, Armando Braun Menéndez,
los caciques lo aceptaron debido a que en él veían el símbolo de la resistencia
frente al Estado chileno. Asimismo, por una leyenda mesiánica, influida por su
cristianización colonial, que decía que la guerra y la esclavitud terminarían
el día en que llegara un hombre blanco a la región.
Nació
en la localidad de La Chaise, departamento de la Dordoña, Francia, el 12 de
mayo de 1825. Fue hijo de padres campesinos.
De
su juventud no se conservan mayores noticias. Se sabe que antes de venir a América,
fue procurador del tribunal de primera instancia y de comercio, del distrito de
Périgueux. En esa época, según recuerda en sus memorias, inició lecturas de
viajeros llenando su tediosa vida con la ilusión de emular sus aventuras, y la
peregrina idea imperialista de "reunir las repúblicas hispanoamericanas
bajo el nombre de una confederación monárquica constitucional dividida en
diecisiete estados".
En
agosto de 1858 se encontraba en Coquimbo. Durante los dos años siguientes,
aprendió el idioma castellano y se relacionó con logias masónicas de
Valparaíso, lo que le permitió definir el territorio desde el cual iba a
iniciar su afiebrada "labor imperial".
Valparaíso, Chile 1958 |
Orélie
Antoine no pudo conseguir a nadie para financiar su “gran proyecto”. Entonces
hipotecó algunos bienes de su familia para pagar el viaje y llegó solo a Chile
en agosto de 1858. Después de casi dos años en
los que aprendió el castellano y se relacionó con los masones de
Valparaíso, envió una carta al gobierno francés pidiendo que le mandase 50
millones de francos, 5 a 20 mil soldados, un barco de guerra, y otras ayudas
para combatir a los Chilenos. Firmó la carta como “Rey de Araucanía”.
El Lonco Quilapán |
Entró el
territorio de los Mapuche por primera vez al fin del año 1860 y se presentó a
Quilapán, un cacique de uno de las tribus Mapuche, comunicando a través de un
intérprete.
Orélie
Antoine proclamó a Quilapán y su tribu:
“Uds. están divididos
en tribus independientes en torno de estados centralizados….Haced a mi el rey
de la Araucanía y yo reuniré todas las fuerzas de la nación araucana! …Como rey
de Araucanía yo hago el juramento de mantener sus fronteras sobre el río
Bio-Bio y de expulsar los colones chilenos de la ‘Tierra’. Gritad conmigo:
‘Viva el Rey!’”
Según
su propio relato, los Mapuche le eligieron como rey.
Proclamación de Orélie Antoine de Tounens como Rey de la Araucaria y la Patagonia |
“Rey”
de Araucanía y Patagonia
En
el primer día de ser rey Orélie Antoine:
- ·Mandó proclamaciones a Francia, Chile, y otros países anunciando el Reino.
- Envió invitaciones al las otras tribus de Mapuche para que se reunieran al nuevo reino
- · Presentó una constitución, escrito en francés, estableciendo una monarquía, que el había escrito mientras vivía en Francia. Los Mapuche ni pudieron leerla
- Levantó una bandera para el nuevo reino que también había traído de Francia.
De
los territorios sudamericanos que en esa época aparecían sin una dominación
efectiva, fijó su atención en La Araucanía, donde sus habitantes naturales
habían rechazado por siglos a la autoridad española y chilena. Creyó que ahí
podían ser acogidas sus aspiraciones monárquicas.
En
octubre de 1860, Tounens se trasladó a La Araucanía, iniciando su viaje desde
el puerto de Valdivia al interior, junto a un grupo de comerciantes franceses.
Consiguió el permiso del cacique Quilapán para internarse en sus tierras,
prohibidas para los chilenos, siendo acompañado de un mocetón e intérprete, y
dos franceses.
La
impresión de los mapuche debió ser mayúscula al ver llegar a un hombre de
figura maciza, vestido con traje, pero cubierto con un poncho como los suyos, y
con la idea de que ellos lo nombraran Rey.
Tounens
encontró la manera de convencer a los mapuche, y a un mes de haber llegado al
territorio araucano decretó el nacimiento de la primera monarquía
constitucional y hereditaria de La Araucanía.
Según
la interpretación del biógrafo más importante de Tounens, Armando Braun
Menéndez, los caciques lo aceptaron debido a que en él veían el símbolo de la
resistencia frente a los Estados chileno y argentino. Asimismo, por una leyenda
mesiánica, influida por su cristianización colonial, que decía que la guerra y
la esclavitud terminarían el día en que llegara un hombre blanco a la región.
A
su proclamación como Rey, muy pronto siguieron la promulgación de la
Constitución de la Monarquía, su difusión en varios periódicos y las cartas de
aviso al gobierno de Manuel Montt. El 20 de noviembre de 1860 decidió además
incorporar la Patagonia a su reino, fijando los límites de la Monarquía en el
río Biobío por el norte, la costa del Pacífico por el este, la costa atlántica
desde el río Negro al sur por el oeste, y el Estrecho de Magallanes por el sur.
Orelie
se trasladó a Valparaíso a dar a conocer su Monarquía, a la que denominó
"Nueva Francia", pero sus amigos franceses, quienes debieron haber
sido sus mayores consejeros, se rieron de su ocurrencias, y pasado un año
ninguna autoridad lo recibió.
Monedas acuñadas para el "Reino" |
Regresó
a La Araucanía en diciembre de 1861 y se dedicó a entrevistarse con distintos
indígenas, a quienes ofreció su ayuda para defender la frontera norte a cambio
de su adhesión a él. El alboroto generado provocó cierta preocupación en la
Intendencia de Arauco, por cuanto no eran lejanos los levantamientos indígenas
de 1859.
Las
autoridades chilenas pusieron precio a su cabeza. Fue un criado quien lo
entregó en enero de 1862, a orillas del río Malleco. Fue sometido a juicio en
Nacimiento por el comandante de esa plaza, Manuel A. Faes.
El
7 de enero fue trasladado a Los Ángeles, e interrogado por el intendente de
Arauco, coronel Cornelio Saavedra. Durante el juicio enfermó de disentería y se
le cayó el cabello. Acusado de perturbador del orden público, fue condenado en
primera instancia a 10 años de cárcel.
Vista de la Casa de Orates de Santiago de Chile |
En
julio de 1862 el juez Matus sobreseyó la causa y lo sentenció a ser recluido en
la Casa de Orates de Santiago, ciudad a la que llegó solo en octubre de ese
año. Allí fue liberado gracias a la intervención del cónsul francés Henri
Cazotte, quien lo envió a Europa.
Durante
6 años Tounens hizo propaganda en Europa de su acción en América, interesando a
gobiernos y capitalistas en financiar una segunda etapa de su reino de La
Araucanía. Logró la ayuda de un tal M. Planchu, con el cual llegó a Chile a
finales de 1869.
Pero
la situación en La Araucanía había cambiado luego de su ausencia de 9 años. El
Estado chileno decidió acelerar sus planes de ocupar el territorio y dominar a
los indígenas. Es así como los caciques que antes lo habían apoyado, vieron reducidas
sus fuerzas; el supuesto Rey tampoco tenía los recursos para enfrentarse a los
ejércitos chilenos. No tuvo la acogida esperada y Saavedra puso nuevamente
precio a su cabeza, por lo que decidió trasladarse a Buenos Aires, llegando
allí en julio de 1871.
Su
extraña aventura americana había terminado en el más completo descrédito, por
lo que volvió a Francia. No por ello desistió de sus propósitos. Dos veces más
intentó regresar a América, en 1874 y 1876, pero solo llegó hasta Argentina,
siendo forzado a retornar a Europa.
Tounens
instaló su Corte Real en un departamento en París, donde recibía a los curiosos
junto a sus ministros. Estos, a cambio de títulos de nobleza de la Monarquía
Araucana, financiaban la vida del Rey en el exilio. Sus amigos terminaron por
conseguirle un modesto empleo municipal.
Aquille I Rey de la Araucanía y la Patagonia |
Tounens
falleció en París el 19 de septiembre de 1878. Un amigo llamado Gustave-Aquille
La viarde se proclamó como el sucesor de Orélie Antoine y estableció un “gobierno
en exilio” en París, lo cual nunca ha sido reconocido por ningún otro estado.
Los descendientes de La viarde todavía se proclaman como reyes y reinas en exilio
Philippe
Paul Alexandre Henry Boiry es “Rey” actual de Araucanía y Patagonía.
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