El 9 de julio de 1947,
en la ciudad argentina de San Miguel de Tucumán, se proclamó la declaración de
la Independencia Económica por parte del gobierno del General Perón, en el
mismo lugar y en la misma fecha, que en 1816, fuera declarada la
Independencia Política por los patriotas argentinos de aquel entonces. Con la
presencia en pleno del gobierno nacional, autoridades provinciales y
legisladores nacionales y provinciales se realizó este decisivo y significativo
acto de la Revolución Peronista.
ACTA DE DECLARACION DE LA INDEPENDENCIA ECONOMICA
SAN MIGUEL DE TUCUMAN, 9 DE JULIO DE 1947
En la benemérita y muy digna ciudad de San Miguel de Tucumán,
a los nueve días del mes de julio de mil novecientos cuarenta y siete, en
celebración del centésimo trigésimo primer aniversario de la declaración de la
independencia política, sancionada por el Congreso de las Provincias Unidas
reunido en mil ochocientos dieciséis, se reúnen en acto solemne los
representantes de la Nación, en sus fuerzas gubernativas y en sus fuerzas
populares y trabajadoras, para reafirmar el propósito del pueblo argentino de
consumar su emancipación económica de los poderes capitalistas foráneos que han
ejercido su tutela, control y dominio, bajo las formas de hegemonías económicas
condenables y de las que en el país pudieran estar a ellos vinculados.
A tal fin los firmantes, en representación del pueblo de la
Nación, comprometen las energías de su patriotismo, y la pureza de sus
intenciones en la tarea de movilizar las inmensas fuerzas productivas
nacionales y concertar los términos de una verdadera política para que en el
comercio internacional tengan base de discusión, negociación y comercialización
los productos de trabajo argentino, y quede de tal modo garantizada para la
República la suerte económica de su presente y su porvenir.
Así lo entienden y así lo quieren, a fin de que el pueblo que
los produce y elabora y los pueblos de la tierra que los consumen puedan
encontrar un nivel de prosperidad y bienestar más alto que los alcanzados en
ninguna época anterior y superiores a los que puedan anotarse en el presente.
Por ello, reafirman la voluntad de ser económicamente libres como hace ciento
treinta años proclamaron ser políticamente independientes.
Las fuerzas de la producción e industrialización tienen ahora
una amplitud y alcance no conocidos y pueden ser superadas por la acción y
trabajo del pueblo de la República. El intercambio y la distribución suman
cifras que demuestran que el comercio y la industria se expanden conjuntamente
con aquellos. La cooperación, que contribuye a fijar de manera permanente las
posibilidades humanas, será activada hasta alcanzar el completo
desenvolvimiento que demandan las nuevas concepciones del comercio y empleo mundiales
de las energías.
A su término, una vez leída esta declaración y preguntados si
querían que las provincias y territorios de la República Argentina tuviesen una
economía recuperada y libre del capitalismo foráneo y de las hegemonías
económicas mundiales o de las naciones comprometidas con aquéllas, aclamaron y
reiteraron su unánime y espontáneo -así como decidido- voto por la
independencia económica del país, fijando por su determinación el siguiente
Preámbulo
Nos, los representantes del pueblo y del gobierno de la
República Argentina, reunidos en Congreso Abierto a la voluntad nacional,
invocando a la Divina Providencia, declaramos solemnemente a la faz de la
tierra la justicia en que fundan su decisión los pueblos y gobiernos de las
provincias y territorios argentinos de romper los vínculos dominadores del
capitalismo foráneo enclavado en el país y recuperar los derechos y gobierno
propio y las fuentes económicas nacionales. La Nación alcanza su libertad
económica para quedar, en consecuencia, de hecho y de derecho, con el amplio y
pleno poder de darse las formas que exijan la justicia y la economía universal
en defensa de la solidaridad humana.
Así lo declaran y
ratifican ante el pueblo y gobierno de la Nación el gobierno y pueblo aquí
representados, comprometiéndose, uno y otro, al cumplimiento y sostén de esta
su voluntad, bajo el seguro y garantía de sus vidas y honor. Comuníquese a la
Nación y, en obsequio del respeto que se debe a los demás Estados,
detalladamente en un manifiesto y acta las fuentes determinantes de esta
solemne declaración, dada en la Sala de Sesiones del Congreso de las Provincias
Unidas, donde en mil ochocientos dieciséis se proclamara la independencia de la
República, y refrendada por los representantes del pueblo y gobierno argentinos
aquí reunidos.
Juan Domingo Perón
Presidente de la Nación Argentina
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