Almirante Charles Hotham |
A mediados de 1845 la
Confederación Argentina era invadida por una poderosa escuadra anglo-francesa
al mando del almirante Hotham (Quien luego sería Gobernador del Estado de Victoria, Australia). Las dos más grandes potencias del mundo
violentaban el territorio argentino a pedido de los comerciantes, banqueros e
industriales ingleses que "urgían al gobierno británico para que
conjuntamente con el de Francia, adoptase medidas para limitar las
restricciones puestas al comercio en el Plata".
Así comienza lo que
algunos autores han denominado "La Guerra del Paraná". Esta es una
guerra nacional de resistencia que el gobierno de Rosas lleva a cabo contra la
agresión imperial anglo-francesa.
La guerra del Paraná
Robo de la escuadra Argentina realizada por la flota Anglo-Francesa |
Esta verdadera guerra
fluvial comienza con el apoderamiento de los barcos argentinos de
la escuadra de Brown en Montevideo en agosto de 1845 y termina cuando Gran
Bretaña firmó con Rosas un tratado en 1849, por el cual Inglaterra se vio
obligada a evacuar la isla Martín García, reconocer la soberanía argentina
sobre los ríos interiores, los derechos de Oribe para ocupar la presidencia del
Uruguay, devolver los barcos argentinos y saludar en desagravio el pabellón
nacional con 21 cañonazos.
Con respecto a Francia, se
convino que la Argentina retiraría las tropas de la Banda Oriental cuando
Francia quite las guarniciones militares de Montevideo, abandone su posición
hostil y celebre un tratado de paz. Francia debió ceder después de meses de
negociar ante las exigencias de Rosas. En agosto de 1850, Francia concluyó con
la Confederación un tratado de paz y amistad. Rosas exigió que se formule el
desagravio al pabellón nacional con 21 cañonazos en forma inmediata a lo que
los franceses accedieron.
Los respectivos tratados
de paz marcaron una clara victoria de la firme y digna posición en defensa de
nuestra soberanía nacional llevada a cabo con férrea voluntad por Juan Manuel
de Rosas como encargado de las relaciones internacionales de la Confederación.
Las batallas de la guerra
Batalla de la Vuelta de Obligado |
Durante esta conflagración internacional se libraron sobre las costas de los ríos
Uruguay y Paraná varios encuentros armados. Una de las batallas, la de "La
Vuelta de Obligado", es recordada todos los 20 de noviembre como el "Día
de la Soberanía Nacional". Tal vez se eligió este combate como ícono,
debido a la feroz resistencia de las tropas argentinas comandadas por Lucio N.
Mansilla, el alto valor simbólico de las cadenas cortando la navegación del río
y la repercusión internacional que tuvo.
Pero hubo otras batallas,
no menos significativas que ésta, tanto desde el punto de vista militar o por
sus posteriores proyecciones políticas. La escuadra invasora fue también
hostilizada y combatida en las barrancas de "Tonelero" y "Acevedo",
en "Quebracho" y en la "Batalla Olvidada" de "San
Lorenzo" a la que se refiere en esta nota.
La "Batalla
olvidada"
Gral. Lucio V. Mansilla |
En las barrancas de la
costa comprendida entre el histórico convento de San Carlos y el lugar que se
llama "Punta del Quebracho", el General Mansilla, comandante de las
defensas, había dispuesto ocultar los cañones bajo la maleza junto con 250
carabineros y 100 infantes.
Al mediodía de 16 de enero
de 1846, cuenta Saldías en su monumental "Historia de la Confederación
Argentina", aparecieron el vapor "Gordon", la corbeta
"Expeditive", los bergantines "Dolphin", "King" y
dos goletas armadas. La flota montaba 37 cañones de grueso calibre y
custodiaban la navegación de 52 barcos mercantes.
A la altura de la
desembocadura del arroyo San Lorenzo, la "Expeditive" y la
"Gordon" hicieron tres disparos de bala y metralla sobre la costa
para descubrir la fuerza de Mansilla. Las tropas argentinas permanecieron,
según el plan, ocultas en sus puestos. Cuando todo el convoy se encontraba en
la angostura del río, Mansilla mandó a romper el fuego de sus baterías
dirigidas por los capitanes José Serezo, Santiago Maurice y Álvaro de
Alzogaray. "El ataque fue certero; los buques mercantes rumbeaban
desmantelados hacia dos arroyos próximos, aumentando con el choque de los unos
con los otros las averías que les hacían los cañones de tierra."
Al comenzar la tarde el
combate continuaba extremadamente recio todavía. Favorecidos por el viento de
popa del atardecer, el convoy invasor llegó hasta el lugar llamado "Punta
Quebracho" con grandes averías en los buques de guerra y pérdidas
considerables de las manufacturas para comerciar que llevaban los buques
mercantes.
contraalmirante Edward Inglefield |
Murieron en combate 50 hombres de las fuerzas invasoras. El
contraalmirante Inglefield en su parte oficial al almirantazgo británico dice
que: "los vapores ingleses y franceses sostuvieron el fuego por más de
tres horas y media y apenas un solo buque del convoy salió sin recibir un
balazo".
La pérdida de las fuerzas
nacionales fue insignificante: una sola baja. Mansilla pudo decir con propiedad
que: "hábiale tocado el honor de defender el pabellón de su patria en el
mismo paraje de San Lorenzo que regó con su sangre San Martín al conducir la
primera carga de sus después famosos Granaderos a caballo".
Fuentes:
Dr. Gonzalo García, en La
Opinión Popular.
Adolfo Saldías, Historia
de la Confederación Argentina. Rozas y el
Brasil, Félix Lajouane editor , 1892 (De dominio público, se puede descargar en formato .pdf en http://archive.org/details/historiadelaconf01sald y subsiguientes)
Muchas gracias Guillermo por visibilizar episodios históricos que pocos conocen. Un abrazo Ariel Scala
ResponderEliminarMuchas gracias Ariel por tus palabraas!!!
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