La madrugada del 31 de enero de 1978, mientras viajaba a caballo rumbo a Yapeyú, acompañado de otro jinete, para depositar un cofre con tierra de Bolougne Sur Mer en homenaje al general José de San Martín, el folklorista Jorge Cafrune fue atropellado por una camioneta Rastrojero. Pasó demasiadas horas tirado agonizando en la ruta con las costillas incrustadas en los pulmones, y murió al día siguiente. Al Rastrojero y a su conductor se los tragó la noche: sólo mucho después pudo conocerse un nombre que genera más dudas que certezas: Héctor Emilio Díaz, un joven de 19 años, que supuestamente venía tomado y sin luces, susurrado no sin temor por los vecinos de Benavídez.
Sin embargo, dice Yamila,
hay numerosas conjeturas posibles. “Que detrás del accidente estuvo
Gendarmería, o la Triple A. Es sabido que López Rega dijo que Cafrune era más
peligroso con una guitarra que un ejército con armas. Es sabido que sus discos
estaban prohibidos: En Radio Nacional de Córdoba guardan un disco que tiene los
temas que no podían pasarse tachados con birome en la tapa y rayados con un
clavo adentro. Entre ellos estaba Zamba de mi esperanza. ¿Sabés cuál era la
palabra prohibida...? Era la palabra esperanza”.
En el festival de Cosquín
de enero de 1978 cuando el público le pidió Zamba de mi Esperanza, prohibida
según los absurdos criterios dictatoriales, Cafrune accedió, haciendo hincapié
en que el tema no estaba “en el
repertorio autorizado”. No conforme con eso, la emprendió a continuación con El
Orejano. Según testimonios que se consignan en el informe “Nunca Más”, tras la
presentación en Cosquín, la muerte del “Turco” se habría planeado en “La Perla”.
Graciela Geuna, sobreviviente del aquel siniestro campo clandestino de
concentración, declaró haber escuchado cómo el por entonces teniente primero
Carlos Enrique Villanueva dispuso en ese lugar la muerte del folklorista, luego
de que éste cantara en Cosquín. “Esto no deja de ser una conjetura, algo que
alguien dice que escuchó”, apunta Yamila en una entrevista con Página/12.
“Nosotros preferimos creer que fue un accidente. Llegó un punto en que
priorizamos nuestra salud mental. La decisión de la familia es llegar hasta
acá”, resume.
En el libro “Jorge Cafrune,
memoria de un hombre libre” de Héctor Ramos, se menciona el anuncio que Cafrune
hizo de esa travesía y dice que el cantor expresó al respecto: “Me amenazaron
diciéndome que si hago el viaje moriré. Dicen que un zurdo no puede mancillar
la tierra de San Martín. Siempre dije que no soy comunista, que soy nacionalista
con `c` y no con `z` y que no me alineé como cantor de protesta. Yo le canto al
pueblo”.
Salvador Horacio Paíno |
Según las revelaciones de
Paíno en Uruguay, "Cafrune no podía ser ejecutado secuestrado, sino que se
necesitaba planificar algo más complejo para que quedara impune". Según el
represor, la ejecución se hizo con una camioneta de color rojo y carrocería de
madera, que fue conducida por "un joven camionero, que concurría en forma
asidua al Ministerio de Bienestar Social para retirar papel que se
derrochaba", dice el relato de Paíno…
En el cumpleaños de un
amigo, comenzó a cantar y se encontró con un par de jóvenes más, con quienes armó
un conjunto. Fue así que en el mismo bar, cuatro changuitos jujeños, Luis
Alberto Valdéz, Tomás Campos, Gilberto
Vaca y Jorge Cafrune, formaban el grupo folclórico "Las Voces de
Huayra". Con ese nombre, grabaron su primer disco para una compañía discográfica salteña llamada
"H. y R.". Quiso la fortuna que Ariel
Ramírez escuchara la grabación, y los convocara para actuar en Mar del Plata.
Mientras cumple el
servicio militar en Jujuy, vuelve con su grupo para grabar en la Capital un
nuevo disco, también con el sello Columbia.
Ariel Ramirez |
El grupo se disuelve por algunas
diferencias entre los integrantes, pero vuelve a ser convocado por Ariel
Ramírez, y conforma “Los Cantores del Alba” con Tomás Campos, Gilberto Vaca y
Javier Pantaleón.
En 1960, debuta como
solista en el "Centro Argentino" de la ciudad de Salta. Desde allí
comienza su primera gira por las provincias del Chaco, Corrientes y Entre
Ríos... Para pasar a Buenos Aires, donde es ignorado por los medios. Viaja
entonces al Uruguay, debutando en el Canal 4 de ese país. Gracias al éxito
obtenido, recorre por unos meses más el país y de allí pasa al Brasil, donde
actúa en Río Grande do Soul, Pelotas, Santa Catalina, Brasilia, etc.
Jaime Dávalos |
Nuevamente en Buenos
Aires, actúa en un programa de televisión que por entonces tenía don Jaime
Dávalos, quien lo invita para ir al Segundo Festival de Cosquín. En la peña de
la Familia Castro lo escucha el Dr. Wisner, presidente de la Comisión del
festival quien decide que esté en el festival.
Eligió para su debut la
canción “El silbidito”, con la cual saldría “revelación de Cosquín”, consagrado
por el aplauso del público. Corría el año 1962. Realiza varias giras por todo
el país, entre ellas la más importante, que realizó por su cuenta y costo:
"De a caballo por mi Patria'', gira en la cual viajó con camiones de agua,
para los caballos, con una vaca lechera , y todo un elenco de artistas. Sufrieron
varias penurias económicas debido a que no siempre los lugares podían pagarles
un cachet fijo o estable. Por lo tanto, muchas veces tenían que salir a cazar
para poder comer...
Hugo del Carril |
Ya instalado en Los
Cardales, Pcia de Buenos Aires, es invitado a participar de una gira por EE.UU,
junto a Hugo del Carril, siendo ambos los
más aplaudidos y provocando la sorpresa de toda la comitiva. Continúa su gira
en el viejo mundo. La Madre Patria aceptó a éste hijo de Argentina con los
brazos abiertos y las palmas preparadas para el aplauso permanente. Gracias al
éxito obtenido regreso varias veces a Madrid, convirtiéndola en su segunda
casa.
Debido a la fuerza y a las
ideas mencionadas en su repertorio, era considerado un verdadero representante
del pueblo (de todos los pueblos oprimidos por la economía y la sociedad
consumista). Es por ello, que si bien era masiva y popular su fama, había
personas a las que le molestaba su canto y su forma de decir las cosas.
Dejó un sin fin, e
inimaginable número de gente que lo admiraba y lo amaba... Y que aún hoy,
después de 35 años de faltar su presencia física, lo siguen recordando a través
de su canto, su idea y sus palabras.
Fuentes:
www.folkloredelnorte.com.ar
www.Pagina12.com.ar
www.Ellibertario.com
www.elpais.com
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