La tarde en que apareció
Alberto Ascari en el Autodromo Municipal "17 de Octubre" para su
primera sesión de entrenamiento y conocer una pista en la que por vez primera
conduciría, a la cuarta vuelta le registraba un tiempo de 1m50s. Allí
se tuvo un indicio de su capacidad y el de su Ferrari. En una
nueva sesión logró establecer 1m49s, y Juan Manuel Fangio, al comando de la
Maserati 1m49s1/10.
La diferencia era la
minima, pero el balcarceño dijo que "había dado todo". Era
admisible que en las pruebas de clasificación, y acaso en la carrera, si la
lucha lo exigía, fuera factible que la Maserati bajara ese tiempo, pero
aceptaba Fangio que con esa máquina estaba cerca del limite.
La tarde de las vueltas de
clasificación no fue posible llegar a aquellos tiempos de los entrenamientos
porque la lluvia lo impidió. Comenzaron a rodar las máquinas a mas de dos
minutos, pero así que la lluvia mermó y que la pista se fue secando en parte
los tiempos bajaron gradualmente. El 1m55s4/10 de Arcari (Ferrari), quedó como
el mejor, seguido de Fangio (Maserati), 1m56s1; Villoresi (Ferrari) 1m56s5,
Farina (Ferrari) 1m57s1, González (Maserati) 1m58s5, Hawthorn (Ferrari) 1m59s4,
Trintignant (Gordini) 2m00s4, Manzon (Gordini) 2m00s9, Gálvez (Maserati)
2m01s3, Menditeguy (Gordini) 2m02s6, Brown (Cooper Bristol) 2m03s7, Schwelm
Cruz (Cooper Bristol) 2m03s7, Birger (Simca Gordini 1.5) 2m03s8, Bonetto
(Maserati) 2m04s2 y Barber (Cooper Bristol) 2m06s8.
Poco decían estos
tiempos y ellos estuvieron sujetos al momento en que se realizaron, pues la
lluvia cesaba para luego arreciar, y era el caso de acertar con el instante en
que la pista tuviera menos charcos y de lo alto cayera agua en menor cantidad.
Servirían únicamente para establecer el orden de partida, y ello determinó que
en la primera línea se encontrara Fangio con Ascari a la cuerda, y
"apretado" del otro costado por Villoresi y Farina. Este último
realizó la prueba con la maquina de Hawthorn porque la suya no andaba bien, al
punto de que se le cambió el motor para el día de la competencia y debió andar
Farina las primera vueltas con la cautela que supone un "ablande".
Digamos algo con respecto
a las maquinas. Las Ferrari tienen motores de cuatro cilindros y una potencia
que oscila los 190 HP a un régimen de 6.800 revoluciones. Su peso, sin piloto
anda por los 610 Kg. Las Maserati poseen motores de seis cilindros y una
potencia similar a la Ferrari pero a un régimen de 7.500 revoluciones por
minuto. Su peso fluctúa en los 580 Kg. Las Gordini cuentan con motores de seis
cilindros, peso de 540 Kg y alcanzan los 160 HP a un régimen de 6.000. Las
Cooper Bristol también tienen motores de seis cilindros, un peso de 508 Kg y
una potencia de 130 HP. La Simca Gordini que llevó Birger es una de las ya
conocidas por nosotros con motor de cuatro cilindros y una potencia calculada
en 110 HP. Estos datos no son concretos, porque existen siempre secretos y es
muy difícil saber con exactitud, especialmente en lo que concierne a las
Ferrari y Maserati. Como se aceptará, siempre se "esconde" algo. Los
ha de tomar el lector como aproximados, y si alguno esta en poder de otros,
también nosotros hemos recogido diferentes informes al respecto.
En las sesiones de
entrenamiento tuvimos la impresión de que las Ferrari andaban muy bien y que
aquel 1m49s de Ascari tenia margen apreciable. Tanto Fangio como González
aceptaron que estaban mas veloces de cuando las vieron en Europa en la ultima
temporada y, según los informes obtenidos ello se debió en parte a que
disminuyeron el peso en unos 70 kilos, mientras que la Maserati aumentó en
alrededor de 30 para robustecer su chasis en la parte trasera. Onofre Marimón
nos informó que le parecía ver a las Ferrari con mas reacción a la salida de
las curvas. Todo eso nos llevó a aceptar que eran las mas capacitadas.
Llegaban a nuestro país
mas aligeradas y habían sufrido en Europa una sola derrota, en el cuarto Gran
Premio de Francia verificado en Reims y ante la pujanza juvenil de Jean Behra
al comando de una Gordini. En la prueba de Monza estuvo al frente González con
la Maserati perdiendo lo acumulado en la lucha cuando se detuvo en el box para
reabastecerse.
En esa competencia las
Ferrari salieron con toda la carga a fin de no detenerse para
reabastecimientos. En las preliminares había establecido Ascari un tiempo de
2m05s4; en carrera el record de vuelta fue igualado entre el campeón y González
con 2m06s1. Es decir, que cuando la carga mermó por el consumo de la Ferrari
llegó a la velocidad de la Maserati. El tercer tiempo en Monza correspondió a
Manzon con Gordini: 2m06s4.
El primer paso por la
horquilla, con Ascari al frente seguido por González y Fangio a corta distancia
Es posible agregar otros
antecedentes y consignar que en Módena estuvo González a punto de batir a las
Ferrari, pero al ser "taponado" en las ultimas vueltas perdió ante
Villoresi por apenas 4/5 de segundo en llegada inolvidable. Pero, como decíamos,
se aceptó que las Ferrari llegaron a nuestro país mas aceleradas, sin que por
ello perdieran eficiencia, cosa que quedó ampliamente demostrada con el
desempeño que les correspondió en el Autódromo. Solamente una máquina quedó, y
por el accidente ocurrido a Farina, es decir, no imputable al desempeño de la
misma. Las otras tres llegaron en los puestos de vanguardia y solamente se les
"coló" González, merced a su capacidad y a su tenacidad sin limites.
"Pensaba no parar una sola vez y me tuve que detener en cuatro
ocasiones", nos dijo al finalizar la carrera. Las detenciones, salvo una
por cambio de neumáticos, se debieron a inconvenientes mecánicos. De acuerdo
con sus declaraciones, al comienzo se le adhirió un papel en la parrilla
restándole aire al radiador y provocando un recalentamiento. Eso, y la
intensidad de la lucha cuando pugnaba por conseguir el segundo puesto,
determinaron que la máquina levantara mucha temperatura y que Froilán se viera
obligado a renunciar a esa porfía y mantenerse en el tercer puesto.
Al establecer González el
record de vuelta en la 64ª con 1m48s7, de inmediato Ascari recibió la orden de
ir en busca del record, y fue así que hizo 1m48s6 en la 68ª, y después 1m48s4
en la 73ª. Sin entrar en comparaciones de volantes, debemos por fuerza
referirnos a la situación de González persiguiendo a Villoresi en esa pugna por
el segundo lugar. Si Gigi fue un astro y todavía es un excelente conductor, la
verdad es que los años y los golpes mermaron aquella fogosidad suya. No
obstante eso pudo resistir la atropellada de González y hasta distanciarse,
siguiendo las indicaciones que se le hacían desde su puesto. No se trataba,
entonces, de un cotejo de hombres solamente, sino que, mas que eso, de
maquinas. Los buenos tiempos logrados por Fangio y González surgieron merced al
esfuerzo tremendo de ellos; los obtenidos por los conductores de las Ferrari,
sin dejar de reconocer las virtudes de los mismos, entre los que figura el
campeón, fueron conquistados con menor esfuerzo.
He aquí una demostración
de la imprudencia de ciertos espectadores. La Maserati guiada por Juan Manuel
Fangio pasa junto a uno que se ha colado en la pista. Nos informaron nuestros
fotógrafos que no era del oficio, pero que andaba con una maquinita queriendo
tomar notas
Es la impresión que
tuvimos ya antes de la carrera, y que se confirmó en su desarrollo con el
perfecto funcionamiento de las Ferrari. En momentos en que Farina se había
colocado tercero detrás de Fangio puede observarse se avance en las columnas de
parciales que completan estos comentarios. Con un motor todavía en cierto modo
en ablande se acercó al balcarceño y se mantuvo allí a la expectativa hasta el
momento de su deserción. Los esfuerzos de Juan Manuel (que superó todas las
previsiones en lo que atañe a su estado físico después de tan prolongada
ausencia) no consiguieron acortar distancias con Ascari ni alejarse de su
perseguidor inmediato. Es otro detalle que nos ofreció la carrera en el cotejo
de máquinas entre las dos marcas mas directamente aspirantes a la victoria.
Si en algún momento, y
luego de todas las alternativas de detenciones, Manzon llegó a estar segundo
eso confirma lo que ya expresáramos de las Gordini. Debió cambiar neumáticos
traseros el francés y perdió ese puesto de honor. Mas adelante, en la 68ª, se
le escapó una rueda y Manzon pudo estabilizar su maquina con visible esfuerzo y
amplia demostración de sus dotes de conductor. Una rueda, un cañito que se
rompe, un diferencial que falla, nada de eso le aconteció a las Ferrari. Es que
la larga experiencia de una organización técnica que lleva 25 años en la brega
acuerda esos resultados, la de no quedarse un coche por detalles. Porque una
maquina no es solamente un motor; es un conjunto. No sabemos si los
competidores de la Ferrari lograrán quebrar esa fortaleza granítica de una
organización técnica tan experimentada. Parece difícil al momento, y eso podría
determinar que el automovilismo deportivo mundial se viera muy perjudicado por
el dominio de la casa vencedora. El tiempo dirá. Por ahora, casi nos
atreveríamos a afirmar que en la primera prueba con puntaje para el Campeonato
Mundial la Ferrari ya lo ha conquistado.
Cierto que hay mucho que andar todavía, pero la demostración de eficiencia
técnica acompañada de excelentes conductores, entre los que se encuentra un
Ascari, inducen a mirar las cosas de tal modo. No fue, en consecuencia, un
pleito de hombres sino, mas que nada, de maquinas, aunque en el caso del
vencedor justo es reconocer que se ha llegado a la conjunción ideal; hombre y
maquina. La formula de triunfo en automovilismo deportivo, tan expuesto a todas
las contingencias mecánicas, se hizo presente en nuestro Autodromo.
Si las Maserati no
pudieron igualar la línea de sus directos oponentes, si las Gordini, en
especial modo la de Manzon, quedó por un detalle, las modestas Bristol Cooper
menos aspiraciones tenían con su escasa potencia. Estas maquinas británicas,
que son en su origen las BMW alemanas que hemos conocido aquí en tipo sport, no
han mejorado en proporción a los años transcurridos. Son las mismas de hace
casi 20 años, y justo es pensar en que debieron haber experimentado el progreso
que corresponde a esas dos décadas de extremada aceleración mecánica.
Primera detención de José
Froilan González por un inconveniente en su motor que se subsano en breve
tiempo. A esta se le habrían de sumar tres mas, perdiendo Froilan el segundo
puesto
Por lo que hemos visto en
ellas, y por lo que sabemos de la potencia que alcanza a los 130 HP, la verdad
es que no pueden competir con las demás marcas concurrentes y que se han
quedado estancadas mientras todo el automovilismo mundial ha volado mas que
corrido. La emoción, por lo tanto, estuvo en la persecución de Juan Manuel
Fangio en el segundo hasta que al finalizar la vuelta 36ª y cruzar la raya para
iniciar la 37ª su maquina se detuvo. Antes de ello, y desde los comienzos,
Fangio advirtió que su diferencial no andaba bien, pero prosiguió porque así lo
exigían las circunstancias hasta que vimos saltar los engranajes del
diferencial. Esa es la verdad; saltaron ante los boxes. Hasta allí, lo
repetimos, Juan Manuel había superado su mismo estado físico con una voluntad y
un entusiasmo sin limites. Lo por él realizado es cosa suya. La maquina fue la
que no respondió en la medida de sus esperanzas y de las nuestras. Lo propio
puede decirse de González en lo que atañe a su carrera, con todos los
inconvenientes que significan cuatro detenciones, aunque breves. Debemos restar
una, la del cambio de neumáticos, por cuanto también hicieron lo propio quienes
le aventajaron. Es posible decir que González corrió más que la Maserati, y que
aquel 1m48s7 lo arrancó con uñas y dientes prendido al circuito.
Detrás suyo se ubicó la
promesa que representa Michael Hawhtorn, el inglesito de 23 años que hace
meses, en una correspondencia de nuestro amigo Juan Carlos Guzzi, nos pedía que
anotáramos ese nombre entre los volantes mas destacados de la nueva generación.
Por primera vez guió una máquina especial y fue aquí en la carrera que
comentamos.
Lo hizo muy bien, y ya es
mas que una promesa; ya dio un paso al frente. Estudiante de ingeniería, dejó
los libros para seguir el rumbo marcado por su vocación. Puede sentirse muy
satisfecho de lo realizado y lo celebramos así como también recordamos su
calidad de promesa consignada hace tiempo en nuestras paginas merced a la
correspondencia del amigo antes mencionado.
Hawthorn precedió a Oscar
Gálvez, quien realizó la carrera "que podía". Sin adaptación a la
maquina, fue mejorando sensiblemente a medida que la prueba se desarrollaba. Ya
lo habíamos dicho; no es fácil saltar de un coche de carretera, que se domina,
con el cual el volante se ha "criado" y aparecer de la noche a la
mañana siendo un pistard. Es otro peso, otro volumen, otra potencia, un
distinto frenaje, una multitud de detalles de maquina y de escenario que
obligan a un largo tiempo de adaptación, porque Oscar tiene que
"desacostumbrarse" de lo suyo y acostumbrarse a lo nuevo. Necesitaría
seguir compitiendo en pista, que es lo que le pedían Fangio, González y la
gente de la Maserati, pero Gálvez no esta muy resuelto a marchar a Europa y
proseguir. Esperaba el resultado de estas carreras para decidirse. Es por ello
que se ajustó a la mejor conducta, serenidad, prudencia, sin ningún
apresuramiento que pudiera serle perjudicial a él y a la maquina. Si algunos
adictos suyos creyeron en la posibilidad de una victoria, eso habría
significado un milagro en el caso de producirse en carrera normal. Creemos que
tuvo un excelente desempeño. Le han aventajado tres Ferrari y un experimentado
y capaz como González. Tal es "su balance" y con alguna falla en el
encendido.
Jean Behra ha sido el que
estuvo mas adelante de su equipo en la clasificación general. No anduvo muy
bien porque este muchacho, que fue cinco años motociclista en su país y
conquistó campeonatos, viene de la carrera Panamericana, en la que ganó la
etapa inicial. En la segunda se salió de camino andando a mas de 200 kilómetros
por hora. Cayó en un precipicio, con 14 metros de desnivel, y con una fortuna
extraordinaria, ya que solamente se fracturó tres costillas, se hizo una herida
en la frente y se lesionó en la nariz. Tuvieron que practicarle una cirugía
estética injertándole piel de su brazo. "Solamente", hemos dicho, y
alguien expresará; "¿Le parece poco?".
Las maquinas alineadas
frente a los boxes y mirando al palco oficial. En tal actitud se ejecutaron los
himnos de los países concurrentes
Si, realmente fue
afortunado porque es de imaginarse lo que significa caer de 14 metros de altura
con un automóvil que va andando a mas de doscientos horarios. Precedió a
Trintignant, pero la máquina de este la dirigió Schell en las ultimas vueltas.
Y, al final, las modestas Cooper Bristol de Barber y Brown. La de este último
era la que andaba mejor clasificada.
Largaron 16 y llegaron 9,
Birger fue de los primeros en abandonar, luego de su intenso trabajo por
colocar el motor en aceptables condiciones de funcionamiento. Resulta
inadmisible que el equipo Gordini haya traído esa litro y medio en las
condiciones en que llegó al país. Si ya la pobrecita era la menos potente,
correspondía que estuviera lo mas afilada posible.
Pablo Birger, su hermano y
unos amigos de mucha voluntad trabajaron denodadamente para colocarla en
condiciones, pero había mucho que arreglar y no hubo ni tiempo ni material para
ello. Y no anduvo. Menditeguy tuvo un desperfecto en la caja luego de haber
estado al frente de las mismas, y a Schwelm Cruz, con la Cooper Bristol, se le
rompió la punta de eje. De las otras deserciones ya hemos hablado.
Por el momento, pues, nos
ha quedado la sensación de una superioridad manifiesta de las Ferrari y tenemos
la impresión del esfuerzo realizado por González y Fangio con las Maserati. El
tiempo dirá si estas pueden acercarse a aquellas, y eso se verá en el
transcurso de la temporada europea. Si la formula del triunfo en automovilismo
es hombre y maquina, la Ferrari contó con eso y dio un firme paso al frente en
la conquista del nuevo titulo a que aspira.
FELICITACIONES:
Al tiempo que nuestro primer magistrado. el General Juan Perón hace
entrega a Alberto Ascari del hermoso trofeo por el conquistado, lo
abraza afectuosamente, expresándole las felicitaciones del caso, lo que
agradece el magnifico corredor italiano visiblemente emocionado. Alcanza
a verse la guirnalda que adorna al triunfador del Gran Premio de la
Republica Argentina, primera prueba con puntaje del Campeonato Mundial
de 1953.
Fuente:
Revista
El Grafico Nro 1746. Enero de 1953, por
Ricardo Lorenzo,Fotos de Kikuchi, Legarreta, Vazquez y Sanjurjo
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