miércoles, 23 de enero de 2013

24 de enero de 1842, La pirámide federal de Tucumán



Juan Lavalle


En 1840, Rosas designa a Manuel Oribe para que se encargue de eliminar a los elementos unitarios que habían formado la Coalición del Norte, y también para que persiga al fugitivo general Lavalle. El jefe oriental, entonces, y hasta 1843 va a desarrollar su carrera militar por el noroeste argentino, consiguiendo victorias brillantes en batallas decisivas que terminaron con las acciones de los unitarios y masones.



 
Betalla de Famaillá, el fin de Lavalle
 
Juan Manuel de Rosas
Tucumán, acaso el epicentro más reconocido de Oribe durante su campaña militar en la Confederación Argentina, tras la victoria federal de Famaillá, el 19 de septiembre de 1841, pasó un momento de tranquilidad como hacía años no tenía. El asesinado gobernador Alejandro Heredia había sido vengado, y ahora, vuelta la calma, Tucumán era gobernada nuevamente por un federal, el general Celedonio Gutiérrez. Movido Entonces, el 24 de enero de 1842 resolvió mediante un decreto erigir un monumento en honor de Juan Manuel de Rosas y del general Manuel Oribe.



Gral. Celedonio Gutierrez
 En el cuerpo del decreto quedaba especificado que “la grande obra de la Libertad Argentina es debida al Heroico Defensor de la Independencia Americana, Nuestro Ilustre Restaurador de las Leyes, Brigadier General D. Juan Manuel de Rosas”, y que “el ejército unido de vanguardia de la Confederación Argentina ha cumplido gloriosamente la noble misión de libertar a la República de la atroz, sangrienta e insoportable tiranía de los brutales salvajes unitarios impíos enemigos de Dios y de los hombres”. Sobre Manuel Oribe decía que se “ha hecho acreedor a la eterna gratitud y bendiciones de los buenos Argentinos por sus brillantes hechos de armas”.




Manuel Oribe
La construcción del monumento, que tenía forma piramidal, se emplazó en la plaza Central, hoy Plaza Independencia, de San Miguel de Tucumán. Registró su aspecto un dibujo al lápiz de Juan León Pallière, ejecutado en 1858, única imagen que se posee. Si se cumplió totalmente el decreto de Gutiérrez, debió haber tenido al pie una inscripción que rezaba: "La provincia de Tucumán es deudora del restablecimiento de su libertad, leyes y dignidad al Incomparable Americano Nuestro Ilustre Restaurador de las Leyes Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas y al valiente virtuoso Ejército Unido de Vanguardia de la Confederación Argentina debajo del inmediato mando del Ilustre General en Jefe Brigadier General Don Manuel Oribe"




Dibujo de Palliere, única imágen que se conserva de la Pirámide Federal


José María del Campo
Pero no obstante el reconocimiento de los tucumanos para con sus libertadores federales, llegó el 3 de febrero de 1852,  aunque la pirámide no se destruyó. Pero diez años más tarde, el 9 de julio de 1862, el entonces gobernador tucumano, presbítero José María del Campo, un torturado y  fanático unitario, emitió el Decreto N° 381 por el cual mandaba demoler la pirámide federal, “recuerdo de oprobio cuya permanencia lastima el honor de Tucumán”, según reza con excesivo rencor. El monumento rememora “triunfos (…) manchados por crímenes horribles”, agrega el documento. Por eso, el Artículo 1° aclaraba que “el día 13 del presente mes de Julio será demolida la pirámide de la plaza de esta ciudad”, y en el siguiente artículo, decía: “En su lugar, eríjase un monumento consagrado al recuerdo de las víctimas del año 40”. Nunca más se reivindicó la campaña de Manuel Oribe por la provincia de Tucumán y alrededores…


Fuentes:


Barros, Marcelo. “Rosas y sus Monumentos”, Revista del Instituto Juan Manuel de Rosas de Investigaciones Históricas, Buenos Aires, Agosto-Septiembre 1951.


Vedoya, Juan Carlos. “Estatuas y Masones”, Revista Todo es Historia, N° 123, Año XI, Agosto de 1977.


Paez de la Torre, Carlos. “De las pocas estatuas hasta el torrente”, La Gaceta de Tucumán, 7 de octubre de 2012


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