martes, 29 de enero de 2013

30 de enero de 1872: Una trágica historia de amor





El 26 de Febrero de 1846, nacía Felicitas durante el gobierno de Rosas. Era la hija del comerciante vasco Carlos José Guerrero, quien introdujo las raza Aberdeen Angus en la Argentina, y de Felicia Antonia Guadalupe Guerrero Cueto y Montes de Oca, dama de la aristocracia porteña. Se dice de Felicitas que fue muy bella, tanto es así que Guido Spano la calificó como la más hermosa de la República.

Carlos José Guerrero y Felicia Cueto



Felicitas Guerrero pasó a ser el foco de atención de las familias patricias de Buenos Aires. Poco después de ser presentada en sociedad por sus padres, se convirtió en la joven más solicitada de la ciudad creciente.

Jóven y bella, Felicitas se casó con 17 años en 1862 con Martín Gregorio de Álzaga, un hombre mayor, de 48 años, quien para aquellos días era el hombre más rico de la Argentina, a quien la unió un matrimonio por conveniencia pactado por su padre. Su marido era sobrino nieto de Martín de Álzaga, quien fuera fusilado en Plaza de Mayo en 1812 bajo el cargo de conspiración. Felicitas imploró que no se aceptara darle su mano en matrimonio a un hombre mucho mayor que ella, al cual  no amaba, pero su padre José Guerrero quería un brillante futuro para su hija y le aseguró que la felicidad y el amor nacerían con la convivencia.


 Unos meses más tarde se celebraban la boda en la iglesia de San Ignacio entre Felicitas Guerrero y Martín de Álzaga, y toda la alta sociedad de Buenos Aires se hizo presente. Entre los asistentes a la boda se encontraban familias patricias como Montes de Oca, Senillosa, De Maria, Sáenz Valiente, etc. También asistió Enrique Ocampo hijo de una familia tradicional de Buenos Aires, quien amaba secretamente a la joven novia. Los festejos se realizaron en la calle Bolívar. En poco tiempo el matrimonio se muda a Barracas a una quinta ubicada en la calle larga.


Martín Gregorio de Álzaga ya era amante de Maria Caminos antes de casarse con Felicitas. Con ella había tenido cuatro hijos, dos varones y dos mujeres y vivían en su principal estancia: LA POSTRERA. A su vez, con Maria Martín había  convivido casi 20 años y tuvieron también cuatro hijos aunque nunca se formalizó esa relación. Cuando Felicitas se entera de esta situación lo toma a mal y eso hace que la relación con su esposo se resienta definitivamente. 

Estancia La Postrera

 
Maria Caminos reclamaba permanentemente la parte de la fortuna que le correspondía a sus hijos. El matrimonio no fue feliz, pero cuando llegó el primer hijo Felicitas creyó encontrar en él su refugio.

Pero desgraciadamente en 1869, a los 6 años, su hijo Félix de Álzaga falleció víctima de la epidemia de fiebre amarilla que azotaba Buenos Aires durante la presidencia de Sarmiento. Catorce mil personas se calcula que murieron debido a la epidemia. 

Felicitas volvió a quedar embarazada y la pareja creyó encontrar en su segundo hijo la alegría perdida, pero nuevamente quiso el destino que el pequeño Martín muriera a los pocos días de nacer. Esto fue demasiado para el viejo corazón de Martín de Álzaga, que con casi 56 años se sumió en una profunda depresión y murió 15 días después que su hijo.

 Felicitas quedó viuda, apenas ternía 26 años, una de las fortunas más grandes del país y muchos pretendientes. Poseía 71 mil hectáreas.Maria Caminos también heredó para sus hijos una parte de la fortuna. 


Samuel P. Saenz Valiente
Con el tiempo luego de guardar seis meses de luto como era de costumbre en aquella época Felicitas comenzó a frecuentar algunas reuniones de sociedad, y fue así que conoció tras un accidente con su carruaje, una noche de tormenta a Samuel Pedro Sáenz Valiente Higuimbothom un hombre educado y refinado que había llegado de Europa poco tiempo antes.

Ella quedó fascinada con el joven hacendado e inmediatamente nació el amor, un amor tan grande e incontrolable que a los pocos meses los llevó a anunciar su casamiento. Samuel Pedro Sáenz Valiente era nieto de Anselmo Sáenz Valiente, casado con Juana Pueyrredón hermana del Brigadier Juan Martín de Pueyrredón.



 El primo de Felicitas Cristian Demaría amaba secretamente a Felicitas. En esa época los casamientos entre primos de la elite eran frecuentes. De esa forma se evitaba la dispersión patrimonial. Pero Felicitas ya había elegido a su amor. Enrique Ocampo el pretendiente que no dejaba de cortejarla a pesar de las continuas negativas de Felicitas supo que el estanciero Samuel Sáenz Valiente, era su rival y el verdadero amor de la dama por lo tanto no pudo contener su furia al ver que su eterno amor se le iba a escapar nuevamente, y no estaba dispuesto a permitirlo.


Quinta de Guerrero en Barracas. Detrás la Iglesia de Sta Felicitas

 Una mañana Enrique Ocampo se dirigió a la quinta de los Guerrero tras haber estado bebiendo en la confitería del Gas y luego de una acalorada discusión, muerto de celos, sacó un arma de su bolsillo diciendo: "o te casas conmigo o no te casas con nadie", y le disparó a Felicitas.

Cristian Demaría

Aquí las versiones difieren: una indica que al darse cuenta de lo que había hecho, apuntó el arma al corazón de su amada y luego se quitó la vida. Otra version afirma que, al percatarse de la discusión de la pareja y al oír los disparos, ingresaronron a la habitación del hecho, Cristian Demaría y su padre. Al ver la terrible escena, habrían forcejeado con Ocampo; también está en discusión si éstos mataron a propósito a Ocampo, o éste resultó muerto por un tiro escapado de su propia arma.




La bala a Felicitas le había perforado el pulmón derecho. Agonizó durante 3 días y finalmente falleció el 30 de Enero de 1872. La velaron en su casa natal de la calle México donde actualmente funciona la sociedad Argentina de Escritores. 

Bóveda donde reposan los restos de Felicitas


Al año siguiente, Samuel Sáenz Valiente, contraería matrimonio con una hija del Gral. Urquiza: Dolores Urquiza Costa. Tuvieron siete hijos, pero éste se suicidó en 1930 al verse quebrado económicamente.




Iglesia de Santa Felicitas
 Los Guerrero mandaron construir en homenaje a su hija una capilla. Está en Isabel La Católica, entre Pinzón 1480  y Brandsen, en el corazón de Barracas, se levanta frente a la Plaza Colombia.

La iglesia es dueña de una triste fama: nadie la elige para casarse. En el  interior de la basílica puede verse una excepcional estatua de mármol que representa a Felicitas con su hijo Félix, a la cual se le ha atribuido atraer la desgracia sobre aquellos que osan tocarla. En 1981 la iglesia construida por los padres de Felicitas fue donada al municipio. Al iniciarse la restauración del templo, estaban caídas simétricamente las cinco alas derechas de los ángeles de mampostería que hay a la entrada. Cuando el arquitecto restaurador Roberto Devincenzi talló las alas siguiendo la escala original y las colocó, sonaron inexplicablemente las pesadas campanas…


No hay comentarios:

Publicar un comentario